Papá: el único y verdadero para mí

Hoy mi deseo es felicitar y agradecer la existencia a todos los papás del mundo. Muy especialmente a mi propio padre y a mi marido. Sin ellos la vida no sería posible.

Muchas mujeres obvian la importancia de la presencia del padre en la creación y desarrollo de los hijos. Olvidan que la grandeza de la maternidad pasa irremediablemente por asumir y reconocer que únicamente es posible gracias a un hombre.

Esto, por supuesto, también afecta a todas aquellas mujeres que deciden inseminarse y vivir la maternidad de manera monoparental. Sólo es viable esta opción contemplando al padre biológico que se encuentra detrás.

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Otras veces somos los hijos los que hubieramos deseado que nuestro padre fuera diferente de cómo es. ¿Y qué sucede en nosotros?, nos quedamos sin fuerza, existe en nuestro interior un agujero imposible de llenar. Estamos a medias…

A través del padre nos llega a los hijos la fuerza para situarnos en la vida, él es el que nos empuja, nos dirige y nos muestra el mundo tal cual es. De él emana la fuerza en el hijo.

A continuación os escribo un  fragmento de «Gracias al Amanecer de la Vida»

«Querido Papá/querido papi:

la tomo de ti, toda, entera,

con lo bueno y lo malo,

y la tomo al  precio entero que a ti te costó

y que a mí me cuesta.

La aprovecharé, para alegría tuya( y en tu memoria).

No habrá sido en vano.

La sujeto firmemente y le doy la honra,

y si puedo la pasaré como tú lo hiciste.

Te tomo como mi padre,

y tú puedes tenerme como tu hijo/hija.

Tú eres el Verdadero para mí,

y yo soy tu verdadero hijo/verdadera hija.

Tú eres el grande, yo el pequeño/la pequeña.

Tú das, yo tomo. Querido Papá:

Me alegro que hayas elegido a Mamá.

Vosotros dos sois los únicos para mi.

¡Sólo vosotros!

 El amor del Espíritu. Un estado del ser.HELLINGER Bert, ed.rigden institut gestalt,2009.pag 38.