Artículos

Muchas veces sentimos y observamos que la ayuda que ofrecemos no «llega» allí donde estaba puesta la mirada y dejan de obtenerse  los resultados esperados.

Os dejo una serie de artículos que espero sean de vuestro interés:

Claves para ofrecer una buena ayuda

Muchas veces sentimos y observamos que la ayuda que ofrecemos no «llega» allí donde estaba puesta la mirada y dejan de obtenerse  los resultados esperados. ¿qué ha podido pasar entonces?Os dejo una adaptación de los Órdenes de la ayuda terapéutica de Bert Hellinger que os dará muchas pistas.

  5 CLAVES EFICACES

para ofrecer una ayuda exitosa 

  1. Ofrecer lo que se tiene, recibir lo que se necesita. Muchas veces nos vemos envueltos en redes de intercambio desequilibrado.  No podemos darle a nadie aquello que no tenemos pero sí aquello de lo que disponemos. Pretender otra cosa es abocarse al fracaso. De la misma manera también es importante tener en cuenta que sólo conviene ofrecer aquello que la otra persona necesita, más allá de sus ilusiones y expectativas. ¿ y cómo saber si estamos en el equilibrio? una manera sería respondiéndonos a las siguientes preguntas: ¿La ayuda que ofrezco da fuerza o debilita al otro? ¿al ofrecer la ayuda me agoto o me libero? Todo aquello que fortalece y libera es bueno y adecuado.
  2. Aceptar la realidad. Respetar el destino. A cada uno de nosotros nos «ha tocado» una vida,una realidad concreta y específica. Hay numerosos componentes de naturaleza externa que no se pueden cambiar. Por lo tanto, tratar de negar, ocultar o edulcorar las circunstancias que tiene que afrontar una persona, ya no sólo le resta fuerza  sino que le impide crecer y desarrollarse con la única «simiente» posible y necesaria para ella. Se trata de encarar y acompañar a que la persona haga frente a su vida, la acepte, la tome y la convierta en posibilidades de crecimiento.
  3. Tratar a la persona como el adulto que es. Si compadecemos al otro , si nos dan pena sus circunstancias( que no es lo mismo que conmovernos con su sufrimiento) si  lo tratamos como si fuera un ser indefenso e incapaz, estamos manteniendo una ilusión y un estado infantil que imposibilita la ayuda en todas sus vertientes.Cada vez que nos quejamos lo hacemos desde una postura infantil. La queja nos aleja de la realidad, nos lleva a la ilusión y nos mantiene en el estado Niño. No hay fuerza, no hay alegría, no felicidad posible desde ese estado. La buena ayuda necesita un trato de Adulto a Adulto para que cada uno pueda permanecer en su lugar. Fuera de toda manipulación. La manera de sacar provecho de una situación viene de aceptarla y ayudar a que el otro se despida de su estado infantil para poder tomar las riendas de su vida. Cada uno ya tiene a sus padres, no necesita ningún sustituto…
  4. Ampliar la mirada más allá del que solicita la ayuda. Somos individuos dentro de un contexto familiar, social, cultural. Cuando algo nos afecta personalmente también está afectando a una globalidad. Pertenecemos a una familia, nuestra familia,  donde cada uno actúa y hace lo que puede.  Es necesario descubrir que la ayuda individual como la conocemos, no existe, la ayuda eficaz está al servicio de un sistema mayor donde todos los integrantes necesitan ser tenidos en cuenta, sin juicio, sin moral. Cuando ayudamos a una persona el interés debe estar fijado en que la solución sea buena para todos los que forman parte del núcleo de la persona, una ayuda sistémica en todo su esplendor.
  5. Promover el amor al otro tal y como es. Cuando tomamos partido y nos dejamos «embaucar» por lo que  le aqueja al otro, ya no estamos al servicio de la reconciliación sino que nos situamos en el mismo campo de batalla.   Cada uno de nosotros somos el fruto de nuestras fidelidades, creencias, circunstancias, de nuestra sociedad, de nuestro tiempo, nuestras familias. Desear que nuestros padres, hermanos, pareja…etc sean diferentes a cómo son nos «corta» el permiso para avanzar. Se trata de poder ver y contemplar al resto de seres humanos como personas igual de valiosas que un mismo, a pesar de las diferencias. Adentrarnos en el amor inclusivo, libre de toda sentencia, que impulsa a la reconciliación con el resto de personas y con la propia vida.

Cristina Merino Álvarez

 

2 Comments

  1. alicia el agosto 12, 2014 a las 5:17 pm

    Fantástico árticulo como introducción al curso. Qué cosas más interesantes ofreces. Gracias



    • Cristina el agosto 14, 2014 a las 3:25 pm

      Me alegro de que lo recibas así…
      Gracias por tus palabras.