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Muchas veces sentimos y observamos que la ayuda que ofrecemos no «llega» allí donde estaba puesta la mirada y dejan de obtenerse los resultados esperados.
Os dejo una serie de artículos que espero sean de vuestro interés:
El paso decisivio para curar la depresión
El trabajo de las Constelaciones Familiares ha demostrado que la depresión suele indicar una exclusión muy fuerte e intensa a uno de los progenitores. Por regla general, alguien sólo está depresivo cuando no ha tomado a uno de sus padres.
A continuación os transcribo un extracto de un seminario, desarrollado por Bert Hellinger. Se trata de una mujer y su depresión.
Deseo que os sirva…
HELLINGER: En general las depresiones aparecen cuando uno de los padres fue excluido. Cuando esa persona no tiene lugar. Aquí la madre está excluida porque está enferma. El hijo se ocupa de la madre en lugar de tomar a la madre. De esa manera la madre en su corazón no tiene una fuerza actuante. Depresión siempre es una sensación de vacío, no duelo. Es un vacío. Es el lugar vacío, el que no está ocupado. Aquí sería llenado por la madre.
A la clienta: ¿Tienes en claro de qué forma se sana la depresión?
CLIENTA: Sabiendo a donde pertenezco.
HELLINGER: Debes tomar a la madre en el corazón y con la madre en tu corazón dedicarte a tus hijos y a tu marido. Esa es la solución. La madre llena el vacío. Tómala tal como es, con su enfermedad, como un todo.
CLIENTA: Gracias.
HELLINGER: Ahora inclina tu cabeza levemente. Así. Dile:»Te tomo como mi madre»
CLIENTA:Te tomo como mi madre
HELLINGER: «Tú eres la correcta»
CLIENTA: Tú eres la correcta
HELLINGER: «La única verdadera»
CLIENTA: La única verdadera
HELLINGER: » Y la mejor»
CLIENTA: Y la mejor
HELLINGER: ¿Qué sientes?
CLIENTA: Un alivio
HELLINGER: Exactamente. Esa entonces es la sanación de la depresión, que al progenitor que habías excluido le concedas su lugar en el corazón. Cuando uno de los progenitores está enfermo, cuando la madre tiene problemas tan graves, un hijo tiene miedo de tomar a la madre porque considera que también toma las enfermedades y los problemas. Pero los padres son sólo un hombre y una mujer que transmiten lo que viene de lejos. Sólo lo transmiten, lo pasan. Aquello que viene de los padres viene de lejos y pasa a los hijos. Si los hijos lo toman como un todo, tal como viene, la experiencia sorprendente es que aquello que ellos temen queda delante de la puerta.
Es distinto en el caso de enfermedades hereditarias. Ahí también tomamos lo difícil en nuestro interior. Entonces la enfermedad es el precio de la vida. Entonces asentimos tanto a la vida como también al precio que tiene. Pero a menudo, cuando realmente tomamos a los padres como a un todo, algo fuerte fluye hacia nuestro interior y lo demás queda delante de la puerta. Uno no se hace padre o madre porque es bueno o malo o sano o enfermo. Sino porque junto con la pareja decide realizar lo decisivo. Por eso se vuelve padre o madre.Y ahí no hay nada de enfermo o algo así. Es la realización de la vida.
Cuando una persona toma a los padres de esa manera en realidad sólo puede irle bien.
Esa forma de tomar es humilde. Al efectuarla uno inclina levemente la cabeza.
A la clienta: Inclínala un poquito más. Eso eso. Exactamente.
BERT HELLINGER,»El manantial no tiene que preguntar por el camino» . Ed. Alma Lepik